11. La partida (Mi primer viaje sola)

Compré los vinos y caminé hasta la casa, ya se estaba poniendo oscuro el día así que ya era hora de subir al apartamento. Ya había comprado el pasaje de ida a Santiago con anterioridad y todo parecía estar en orden, solo que ahora llevaba más equipaje y unos pesados vinos. En la noche me despedí de Troy y le di un par de dulces de café y el me dio una carne deshidratada que se come como pasa bocas. Todo estaba listo y Vale había pedido un Uber para que me llevara al terminal en la mañana.

Llegó el día del viaje, el Uber no llegaba hasta la casa porque tocaba salir a la calle para cualquier tipo de transporte. Yo no tenía internet así que salí de la casa y Vale dijo que el Uber estaba por llegar. Mis maletas estaban sumamente pesadas, salí a la avenida para esperar el Uber, pero ¡oh sorpresa no llego nada! Solo tenía 15 minutos para tomar el bus de regreso a Santiago y yo estaba muy estresada. La casa de Vale estaba lejos de la avenida y ya se me hacía tarde. Decidí tomar un bus que pasaba y le pedí que me avisara cuando llegara al terminal. Luego de 20 minutos llegué pero mi bus ya se había ido. Me acerque a la taquilla y les expliqué mi situación. Debía salir de Valparaíso pronto ya que mi vuelo hacia Colombia era a las 2 pm y me recogerían en la casa de Yasna a las 12 del mediodía. Las chicas del bus me colaboraron y lograron subirme en el siguiente bus.

Estaba sobre el tiempo y después de 3 horas de viaje había llegado a Santiago, corriendo fui a la casa de Yasna por mis cosas y acomodar mi maleta de nuevo. Tenía tiempo ya que Transvip no había llegado. Cuando tuve acceso a internet hable con Vale y le conté todo lo que sucedió, también hablé con Sol, habíamos quedado vernos en el aeropuerto para despedirnos y para darme su cámara, porque no la llevaría a la Patagonia.

Había llegado la hora de la despedida, me despedí de Claudio, Yasna y de Sadie. Las despedidas no son mi fuerte, sin embargo es algo inevitable. Fui la última persona que recogieron en Transvip así que tuve algo de tiempo para charlar con ellos. Estaba esperando una van grande como la que me llevo ese primer día, un carro negro muy lujoso se parqueo en frente de la casa, recuerdo haberle dicho en forma de chiste a Claudio “llegaron por mí”, reímos y dijimos no, es una van la que viene. El conductor del carro se bajó y preguntó “¿disculpe, se encuentra Carolina Buitrago?, somos de Transvip” Yo no lo creía, un carro tan lujoso viniéndome a buscar. Finalmente dijimos adiós y partí para el aeropuerto.

Llegué al aeropuerto más temprano de lo que creí, me registré y estuve esperando. Luego llego Sol a darme su cámara y hacerme compañía por un rato, me dio unos chocolates increíbles del Perú con sabores algo exóticos, nos tomamos las últimas fotos y me fui. Estuve esperando ya que el avión se retrasó un poco, pero finalmente partimos.

Pensaba de camino a casa lo afortunada que había sido de haber conocido personas tan maravillosas, por haber estado en sitios nuevos y hermosos. Entendí que definitivamente todo tiene razón de ser, unas veces somos protagonistas, en otros escenarios somos participantes y en otros colaboramos sin siquiera saberlo.

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La magia está en dejar ser y fluir con lo que la vida te brinda, en su momento sabrás qué hacer. Si fuiste parte de mi viaje y lees esto, gracias una vez más.

Carolina Buitrago

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